2009-10-16

The sphinx

THE SPHINX
Director: Phil Rosen. Con Lionel Atwill, Sheila Terry, Theodore Newton, Paul Hurst. USA, 1933

Siempre complace traer por el Desván una película de la casa Monogram, una de las productoras del Hollywood clásico ubicada en el Callejón de la Pobreza. Ya saben lo que eso significa: un par de semanas de rodaje, normalmente con una sola cámara disponible, un equipo tan solvente como anodino, decorados parcos y una narrativa sencilla de la que no pueden esperarse alarde alguno.


Si además es un policial con ribetes de fantástico, está dirigida por el tototerreno Phil Rosen -junto al destajista Sam Newfied, el más prolífico realizador de la casa- y cuenta como protagonista con una de nuestras Grandes Personas con Bigote, Lionel Atwill, sube mucho el interés. Claro que como es propio en este tipo de cine, hay que estar dispuesto a tragarse interminables escenas de diálogos inanes entre las que la acción avanza a trompicones, un recurso que sirve para gastar metros de cinta sin hacer ningún gasto extra.

La historia de La esfinge (aquí usado el nombre como sinónimo de enigma) tiene el punto de locura necesario para que sin contar con elementos sobrenaturales, roce el género del terror. Lionel interpreta a dos gemelos -el tema del doble-, maníacos -el tema del psicópata- y sordomudos -la tara física-. Bueno, sordomudo uno de ellos, que tal es la coartada con que encubren su actividad criminal. No les desvelo más del argumento por si se animan a verla.

El filme se crece cuando Atwill entra en escena. Él es el más ilustre representante de los malvados cínicos, de los que gozan burlándose del mundo entero y se divierten la mar con sus fechorías. Despiadado y frío, cortés y atildado, todos los primeros planos de The Sphinx le pertenecen. El potencial sádico y amenazador de la historia descansa en exclusiva en su interpretación, rica en matices y llena de gesticulantes expresiones que terminan por componer un inolvidable tipo de asesino. De los que engañando y matando confirman su engreída superioridad sobre el resto de los mortales...

Todos sus víctimas son estranguladas fuera de cámara, que un villano elegante como Lionel no va a ensuciarse las manos delante de todo el mundo ejerciendo tan vulgares tareas. Cuando uno de los gemelos es abatido a tiros por la policía, el superviviente, esposado, cuenta toda la verdad a unos policías de los que se ríe en sus mismas barbas. Y se suicida con veneno acto seguido, sabedor de que el futuro que le aguarda es indigno de su categoría. Don Lionel Atwill, un señor con clase de los de verdad...

7 comentarios:

E. Martínez dijo...

Como su Desván está tan repleto de insólitos trastos, me daré una vuelta por Lionel Atwill y los dudosos y, por tanto, interesantísimos resultados de sus horas extras. Por cierto, el cartel te "La Esfinge" lo podría haber firmado el propio Bocquet.

miquel zueras dijo...

Tengo el DVD de El hijo de Frankenstein y por primera vez he podido disfrutar de la voz original de Atwill como el manco jefe de policia Krogh. ¡Qué voz! Al igual que Fatty Arbuckle a Lionel le salió muy caro lo de organizar orgías en Hollywood. Borgo.

Lazoworks dijo...

"...una sola cámara disponible, un equipo tan solvente como anodino, decorados parcos y una narrativa sencilla de la que no pueden esperarse alarde alguno."
Pues mire usted, me ha convencido, je,je,je...
Además Lionel Atwill es mucho Atwill!

angeluco10 dijo...

Auténticas maravillas del cine,sin los efectos de ordenador que hay ahora, y hecha por cuatro duros.
Historia perdurable del séptimo arte.

Ordel dijo...

Que buena pinta tiene esta joyita, pues mire que me la vería en este mismo momento.La apunto en mi libreta de busquedas.

Saludos.

angelpito injurioso dijo...

Como me gustan a mi estas comedias involuntarias.¿y eso de la esfinge?¿es en sentido figurado, o es que estan en Egipto?

Dario dijo...

Buenas noches, caballeros con o sin bigote. Aporto este dato como agradecimiento por semejante material de excelencia para cinéfilos exigentes: este film, en España, se estrenó como LA ESFINGE y en el Río de la Plata como EL HOMBRE ESFINGE.

Salud